viernes, 19 de febrero de 2016

RAFAEL "EL POETA"

Para ser buen costalero lo que hay que tener es mucho amor”
   Rafael Antonio Díaz Juárez, para el mundo de la gente de abajo Rafael “El poeta”. Nació Rafael en el castizo barrio de la Alameda de Hércules en el año 1922. El apodo le viene de su época de estudiante en el colegio de los Salesianos de la Trinidad, donde incluso intentaron que se metiera a cura. También quiso Rafael ser torero al igual que muchos niños de su época, llegando incluso a coincidir en una novillada sin caballos en la localidad onubense de Hinojos con el padre de “Espartaco”. La afición taurina le jugará una mala pasada en el año 1942, ya que en compañía de unos amigos desparramó nuestro protagonista un vagón de vacas en la Barqueta, por lo que tuvo que alistarse voluntario en la Legión para evadir las responsabilidades penales. Su destino fue el Campo de Gibraltar sirviendo bajo la Primera Bandera legionaria.
   A los 26 años Rafael abandona la Legión regresando a su ciudad natal. Ahora se coloca como oficial de tornero que era su profesión, y prácticamente desde aquellos momentos inicia su vinculación con el mundo de las cuadrillas de costaleros sevillanas. Rafael ingresa en la cuadrilla de Antonio “El francés II” el último año (1948) que este capataz trabaja cofradías, sacando Rafael ese primer año únicamente el paso de misterio de la Hermandad de Montserrat durante el Santo Entierro Magno de aquel año. Siempre será recordada en los anales de los buenos capataces la extraordinaria maniobra del “francés” metiendo al impresionante misterio por la estrechez de la calle de San Eloy para poder alcanzar la iglesia de San Gregorio desde donde se iniciaba el cortejo del Santo Entierro Magno en el que tenía que participar el referido paso de misterio.
   Al año siguiente el “francés” se retira y la cuadrilla y las cofradías habituales quedarán en las manos de su hombre de confianza, Vicente Pérez Caro. Junto a Vicente Rafael “El poeta” alcanzará la categoría de mito con aroma de anisados del “Punto” en el templo costaleril de la Puerta Osario. Además de con los capataces referidos anteriormente, Rafael trabajó a partir de su ruptura con Vicente en el año 1974 con Manuel Adame Torres, Manuel López Díaz conocido por todos como “El Moreno” y Domingo Rojas Puertas. Era Rafael puro nervio debajo del paso, costalero de cintura flamenca de los que moría con la boca animando a su cuadrilla. Pensaba Rafael que un costalero debía de tener como principales cualidades para sacar cofradías, en primer lugar mucho amor para llevar los pasos, y después de eso fuerza y vitalidad, pero sobre todo mucho amor.
   Como consecuencia de los estragos que la industrialización provoca en los años sesenta del pasado siglo XX en la anquilosada estructura laboral de la ciudad, Rafael se queda sin trabajo y tiene que emigrar hasta el minero valle del Rhur en Alemania. Como consecuencia de este exilio necesario Rafael se verá obligado a pasar alguna Semana Santa fuera de Sevilla, sufriendo en soledad la nostalgia de una Semana Santa en la lejanía. Incluso durante la referida etapa llegó a desplazarse desde tierras germanas para poder sacar las cofradías en Semana Santa. Tras su regreso a Sevilla se reincorporó nuevamente a su cuadrilla habitual junto a Vicente Pérez Caro, colocándose además como peón en los camiones de la limpieza municipal.
   Recuerda este bravo costalero que un año la cuadrilla de la Puerta Osario sacó el paso del Nazareno del Silencio con 18 hombres menos. Aunque Rafael solía igualar en la primera de los palios era habitual que en la referida hermandad ante las dificultades que el paso de palio solía presentar los capataces permutaran las cuadrillas. En resumidas cuentas, de los 42 hombres que el paso calzaba aquella madrugada de viernes Santo del año 1962 solamente 24 hombres ocuparon su lugar bajo las trabajaderas. Pero lo que pasó a la historia de las grandes gestas del mundo de la costalería sevillana de la época no terminó nada bien para Rafael. Fruto de la situación vivida y de la facilidad que nuestro protagonista tenía desde pequeño para juntar palabras de forma armónica, una vez recogida la cofradía a nuestro hombre no se le ocurre otra cosa que dirigirse hacia el altar de San Antonio Abad y pronunciar en voz alta “San Antonio Abad bendito que has hecho con mi lomo, esto no es una cofradía parece un barco de plomo”. Cuando los primitivos hermanos escucharon aquello se formó el lio, teniendo Vicente Pérez Caro que abonar la correspondiente multa en la cercana comisaria de Monsalves hasta donde había sido conducido Rafael, detenido por la escolta policial de los pasos de la Hermandad.
   De esta forma tan particular contaba “El poeta” lo sucedido aquella mañana ya de viernes Santo en San Antonio Abab:  
“Noche de la plaza del Duque de 1962 
 Un capataz con solera entrega el corazón, con dieciocho de menos en el paso del Señor 
El Silencio tumba negra, tumba de cera y fervor 
Con dieciocho de menos un capataz igualó. 
Te llamaron a tu paso 
 Por los ayas del dolor, 
de los costaleros que te llevaron con fervor. 
Ay cuadrilla de mi Silencio y 
Virgen de la Concepción 
Con dieciocho de menos 
Un capataz igualó.”
   Rafael Antonio Díaz Juárez para todos Rafael “El Poeta” falleció en la ciudad de Sevilla durante la Cuaresma del año 2006. Rafael se cortó la coleta después de la Semana Santa del año 1979 después de más de treinta años debajo de los pasos, aunque pese a su retirada nunca llegó a perder el contacto con el mundo de la trabajadera ya que durante varios años estuvo a las órdenes del capataz Pepe Andreu como aguador del paso de misterio de la Hermandad de la Carretería.

                                                                                                   Gonzalo Lozano Rosado

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